Réquiem por un campesino español - Ramón J. Sender
Novela corta de Ramón J. Sender publicada en 1953 bajo el título de Mosén Millán durante su exilio en México. Siete años después volvió a publicarse con el título por el que hoy se la conoce: Réquiem por un campesino español.
Obra sencilla que, con menos de cien páginas y escrita en apenas una semana, se ha convertido en un punto de referencia de la literatura española de la posguerra (al igual que su autor) dentro de la corriente de la "cuestión social" o la novela social española. Con ella, Sender quiso –y a mi parecer, logró– denunciar de manera cruda la realidad de la España rural de los años 20 y 30 del siglo XX.
Ramón J. Sender
Narrada en tercera persona y de manera fragmentada, cuenta la historia de Paco el del Molino en tres tiempos. Comienza un año después de la muerte de Paco, en la misa del réquiem del aniversario de su muerte y se retrotrae al nacimiento, bautizo, boda y muerte del campesino. No es ni más ni menos que la voz de Mosén Millán (quien además inspiró el título inicial de la obra) la que nos guía a lo largo del relato. Al fin y al cabo, fue un eje fundamental en la vida de Paco, tanto para bien como para mal.
Tal vez, lo que ha hecho de esta obra una de las más importantes de la literatura moderna española es la capacidad de Sender de plasmar, de manera breve y realista, hechos desgarradores que van de la mano de los aspectos más costumbristas de la España rural de la primera mitad del siglo XX.
Todo esto queda reflejado en unos personajes que, sin estar excesivamente desarrollados (tampoco creo que esa fuera la intención del autor), desempeñan una labor específica en el libro. Cada uno de ellos con su oficio, clase social y forma de hablar son símbolos que utilizó Sender para reflejar el manenitmiento de valores castizos, tradicionales y casi feudales en aquella época: la pobreza, el hambre, el trabajo, la explotación, la persistencia de los señoríos y la presencia de grandes terratenientes cuyas tierras eran trabajadas por los jornaleros, día tras día, en condiciones inhumanas. También refleja la esperanza de la llegada de la Segunda República y, con ella, la Ley de Reforma agraria, con "la supresión de los bienes de señorío" o la expropiación de los grandes latifundios del sur de España. Destacan las palabras de Paco en el momento en que se produce este viraje político, al ser los nuevos concejales de la aldea jóvenes contrarios a las antiguas leyes: "Vamos a quitarle la hierba al duque".
Otro de los pilares fundamentales de España y que también recibe una crítica voraz en el libro es la Iglesia Católica y, en concreto, el papel que tuvo durante aquella época. No solo queda representado en la figura del cura, sino que es su propia voz la que utiliza Sender para narrar los hechos de la obra. Esto dota a su vez de una carga moral abrumadora a la novela; al fin y al cabo, no es más que un intento constante de Mosén Millán de escudarse en la religión como forma de exculparse y justificarse ante sí mismo y el resto del pueblo.
Tras haberla leído en menos de dos horas, sobra decir que es una de las novelas que más me ha transmitido sobre este tema. Tal vez por la forma simple y rápida de transmitirlo. Puede que fuese la imitación de la forma de expresarse de los conciudadanos de Paco y Mosén Millán, que me recordó a todas las historias que me contaron sobre cómo fue la guerra en el pueblo. Pero, sin lugar a dudas, Réquiem por un campesino español se ha convertido en una de mis novelas de ficción histórica referentes de la Guerra Civil española, uno de mis libros favoritos del año pasado (aunque tampoco leí muchos) y la vuelta a autores como Delibes, Orwell, Hemingway u otros de los libros del propio Sender.