Daemonium - Sala La Clave (Santander) - Review Escape Room

Roma, invierno de 1980. Una familia católica. La devota madre, Fiorella, es costurera del Vaticano. Su esposo Adriano Galbanni, militar retirado. La hija, Carlota, una feliz niña de 11 años. Todo se desarrolla normalmente hasta que lo inesperado sucede. Una enigmática desaparición. La tía Giulia sospecha algo y su investigación desencadena la tragedia.

Gabriel Amorth es un veterano exorcista que trabaja para el Vaticano y ha sido destinado al hogar de los Galbanni. Carlota ha empezado a experimentar extraños comportamientos y su madre ha pedido ayuda a la iglesia.

El Diácono Antonino sabe que la iglesia prohíbe grabar los exorcismos, pero ve una oportunidad en esta ocasión y decide registrar todo lo sucedido en la casa durante los días que dure el proceso. Todo se desarrolla normalmente hasta que la puerta de la habitación de Carlota se cierra repentinamente mientras se escuchan golpes, oraciones en latín y extrañas voces en otras lenguas. Ha llegado el momento de pedir ayuda al equipo de los exorcistas recién graduados.

¡Quién nos iba a decir que en nuestra pasada ruta por Cantabria nos íbamos a encontrar con esa inesperada joya que es Daemonium (Sala La Clave) situada en pleno Santander!

Nada nos hacía presagiar lo que nos encontraríamos tras la puerta de la casa de los Galbanni y menos tras encontrarnos con una intro realmente desconcertante. Se trata de una intro magistralmente interpretada por su game master que si bien tiene toques cómicos que no esperábamos (por no decir hilarantes), según se van desarrollando los hechos y los primeros momentos de roleo, sabes que lo que se esconde apenas unos metros más allá es bastante más “serio” de lo que parece. Poca broma. Tras contarnos la misión y enseñarnos la genial y original mecánica de juego, nos dejamos de chascarrillos ya que más de una estuvimos a punto de dar marcha atrás y volver por dónde había venido. Con esto queremos decir que esa maravillosa intro descuadra porque es un tono extraño e inesperado que no pega, pero que extrañamente es una cocktail explosivo con dualidad humor y terror que consigue plenamente lo que se busca: desconcertar al jugador.

En Daemonium hay mucho que hacer en cuanto a puzzles. En este sentido nos pareció una de las salas de terror más completas que hayamos jugado. A lo largo de toda la experiencia fuimos encontrándonos con juegos y puzzles que debido a la tensión reinante nos costó resolver en más de una ocasión. Destacan principalmente juegos de corte clásico (bastante candado) y de corte lógico. Si bien no destacan por su original, creemos que todos ellos están muy bien integrados en la historia y no encontramos nada fuera de lugar o que no tuviese sentido. Notamos que además, en ciertos puntos no hay una linealidad de la resolución de puzzles muy acusada, haciendo que los jugadores se puedan dividir para revolver de forma paralela los mismos (jugamos dos grupos consecutivos de 3 y 4 personas cada uno).

Respecto a la ambientación y decoración, no hubo sorpresas. Se trata de una decoración típica de “casas encantadas” muy funcional, pero muy amplia y con muchísimos espacios que recorrer. A esto si le añadimos un espléndido uso de los efectos de luz, sonido y música y sobre todo de la oscuridad, hace que por momentos la experiencia sea aterradora. Gracias a un espacio tan amplio y un buen estadio del mismo, la experiencia cuenta con un recorrido laberíntico y con numerosos recovecos con alguna transición muy bien medida y sorprendente. Si que vimos algún punto que pedía a gritos un poco de mantenimiento (nada que afectase a la dinámica del juego), pero nos consta que algunos jugadores desconsiderados (por llamarlos de alguna forma) visitaron la casa de los Galbanni en esos días e hicieron algunos destrozos (entendemos que estos problemas fueron resueltos enseguida).

Una buena inmersión no se consigue solo con un buen master, una buena decoración y un buen juego de luces y sonidos, sino que también es muy importante que el escape room quiera contarnos algo: es necesario tener una historia sólida y atractiva que haga que los jugadores se impliquen. En Daemonium nos encontramos con una historia muy bien contada gracias a que la narratividad está muy cuidada, no solo con las indicaciones iniciales dadas en la introducción por el game master, sino que con cada paso que damos y puzzle que vamos resolviendo se nos va dando detalles adicionales de una historia con un final de historia muy acertado y que entendía a la perfección.

El terror en Daemonium creemos que es un nivel alto (también es cierto que no jugamos grupos muy numerosos 3 y 4). Durante la experiencia no son pocos los impactos excelentemente medidos y coreografiados que vivimos pero quizá sea más destacable es el terror psicológico que llevaban a cabo (también la temática de “fantasmas/demonios” aunque manida y sobada, a nosotros nos sigue funcionando y aterrando). Es un escape room donde juegan mucho con la oscuridad y con no saber qué se esconde tras el “telón”. Si encima le añades que el espacio de juego cuenta con numerosos recovecos donde poder impactar y que el alucinante game master conoce su sala al detalle y sabe exactamente cuándo y cómo “impactar y acorralar” a los inocentes e indefensos jugadores, es maravilla. Se nos cayeron hasta las bragas (hablando claro) cuando nos enteramos que absolutamente TODO es producto del genial game master. ¿Cómo es posible que pueda estar en 2 estancias distintas a la vez ? (esto hasta lo juraríamos ante un tribunal, así fue) ¿Cómo es posible que no se le oiga absolutamente NADA a esta persona cuando corre (y vaya que así es) y se mueve entre las sombras?. Para colmo, Daemonioum cuenta con un delicioso sistema de “pruebas de valor” que será muy del gusto de cualquier amante del terror y pondrá en jaque a casi cualquier jugador que se adentre en esta terrorífica experiencia (incluso a los más experimentados y menos miedosos). Hay que añadir además que el escape room cierra con un intenso y divertidísimo final que sabe a broche de oro, un final de esos que hacen que acabes con la adrenalina por las nubes , corriendo, exhausto y en nuestro caso aplaudiendo.

Si lo vuestro no es el terror ¿por qué queréis ir a una sala de terror?. Aún así, La Clave son gente lista y piensan en todos, ofrececiendo otros dos modos de juego menos aterradores (modo tensión y misterio) a quienes eso de “los sustitos” no vaya con ellos.

Adicionalmente cuando fuimos a la Sala La Clave, pudimos jugar Insepulta (también dos sesiones en días consecutivos), una experiencia temporal que se ejecutaba en las instalaciones del escape room El Último Viaje de Julio Verne. Debido al arrollador éxito de esta experiencia, han decidido cerrar este juego y convertir Insepulta en un escape room permanente. Creemos que al tratarse de un evento temporal, sería injusto y poco acertado hacer una review de lo que nos pareció, ya que entendemos que al transformar la experiencia de temporal a permanente, han acabado de pulir muchos de las cosas que que vimos que estaban algo “encorsetadas” ya que había que adaptarse al espacio anterior o las que no acababan de funcionar por espacio , decoración o elementos sin uso (recordemos que no era una sala de terror como tal). No nos cabe la menor duda que la gente de La Clave habrán hecho los deberes, así que aplaudimos desde aquí la iniciativa. Por otra parte, nos comentaron que andaban preparando una nueva experiencia en el local adyacente… (¿quizá hemos soñado que sería algo relacionado con un circo?)

En resumidas cuentas, es justo decir que Daemonium es una de las mejores salas de terror de la zona norte, y una de las salas que más hemos disfrutado recientemente. Es una visita asegurada para todo amante del terror y de cualquier aficionado a los escape rooms. Si vais, dad recuerdos a Antonino de nuestra parte… y decirle que vais de parte de The Covenant, que hemos rezado 3 rosarios por él y con un poco de suerte, ¡A ver si os invita a una achicoria !.