Castlevania - (2017, Sam Deats) - Reseña Serie
Año: 2017 - 2021 (4 temporadas).
Duración: 32 episodios (25 min. cada uno, aprox.)
País: EE.UU.
Dirección: Sam Deats.
Productora: Frederator Studios, Powerhouse Animation Studios, Shankar Animation, Project 51 Productions, Mua Film.
Distribuidora: Netflix.
Guión: Warren Ellis, Hitoshi Akamatsu.
Música: Trevor Morris.
Género: Serie de TV, Animación, Fantástico, Vampiros, Edad Media, Animación para adultos, Videojuego, Brujería. Magia.
Año 1476.
Tras la muerte de su amada a manos de la población, el Conde Vlad Dracula Tepes está decidido a acabar con la humanidad como venganza.
Trevor Belmont, último descendiente del clan Belmont, conocidos por su experiencia en luchar contra toda clase de monstruos desde hace siglos, debe hacer piña con Sypha Belnades, maga y erudita, y el hijo de Dracula, Adrian Alucard Tepes, para enfrentarse al ser más temido de toda Europa.
¡Vampiras y vampiros, y Covenantes con yugulares marcadas por el bombeo de ese jugoso elixir que es la sangre! Sed bienvenidos a esta nueva reseña. Hoy viajaremos a la región de Wallachia, al sur de Rumanía, para saciar nuestra sed de series, videojuegos y literatura.
(Mapita chulo, ¿eh? está sacado de algún lado y lo he tuneado para parecer más guay)
Sí, un poquito de literatura al menos. Porque si queremos comenzar el viaje de esta reseña, es obvio que la estación de los Cárpatos de la que debo partir es "la inspiración de la inspiración": la novela archiconocida del irlandés Bram Stoker, publicada en 1897, en la que nace el personaje de Conde Drácula, con inspiración, por supuesto, de relatos, leyendas e incluso otras historias escritas como "Varney el Vampiro, o el festín de sangre", de James Malcolm Rymer o "La buena Lady Ducayne" de Mary Elizabeth Braddon.
La obra (resumida en 2 minutos gracias a mi ingenio, y que no recuerdo bien ciertas partes), escrita en forma de cartas a su amada Mina Murray, relata el viaje de Jonathan Harker, abogado londinense, hasta el remoto castillo de su cliente el Conde Drácula, en Transilvania, para tratar unos asuntos. Allí, para cuando se quiere dar cuenta de que el Conde es un bicho muy malo que no se mata con piedra ni palo, ya es tarde y termina preso del siniestro personaje. Y a partir de ahí... el Conde se va de turismo a Londres, se compra una guía de la ciudad, muerde y convierte en vampira a Lucy Westenra amiga de Mina Murray, aparece el Doctor Van Helsing junto al pretendiente de Lucy y otro tipo más (sé que uno de ellos es Lord Godalming porque sale en el juego de mesa 'La Furia de Drácula') para matarla porque ahora ella también es muy mala, Jonathan se escapa, le curan unas monjas, vuelve a Londres, se casa con su amada, el Conde reaparece, muerde a Mina Harker (antes Murray) creo que en dos ocasiones para hacer el bautismo de sangre, se enfrentan buenos y malo (o bueno y malos según como se mire), Drácula se va en retirada a su castillo, Jonathan&Co le persiguen y finalmente le matan.
O algo así. Igual al final no moría. No sé.
Bueno, llegados a este punto, y como ya soy un poco mayor y llevamos unas horitas de viaje, aprovecharé para ir al baño en nuestra siguiente parada: "Castlevania III Dracula's Curse", el videojuego en el que se basa la serie, sobre todo en las temporadas 1 y 2. Este juego lo publicó Konami en Japón, en 1989, y hasta 3 años más tarde no llegó a Europa. Antes de nada, he de reconocer que si lo jugué ni me acuerdo ni me lo acabaría: este tipo de juegos siempre se me han dado... no mal, horrible. Pero me he empapado un poco por la causa.
("Margarita seis dedos atizando con el bolso a la prensa", acuarela sobre lienzo)
A pesar de tratarse del tercer título de la saga, el juego se situa cronológicamente un par de siglos antes que los otros dos al ambientarse en 1476, y en él encarnas a Trevor Belmont, único descendiente del clan de los Belmont conocidos por acabar con toda clase de criaturas monstruosas, tratando de hacer frente a las huestes del malvado Drácula. Acompañándole en este periplo cuenta con la ayuda inestimable de Sypha Belnades, una joven sacerdotisa, erudita y maga; Grant DaNasty, un pirata trepamuros; y Alucard, hijo de Drácula, que se une a esta cruzada por "los loles". Aunque sólo podías contar con uno a la vez, por lo que tocaba elegir.
Se trata de un juego de plataformas no lineal, en el que el jugador tiene la opción de elegir diferentes caminos a tomar. Las decisiones tomadas por el jugador en estas circunstancias pueden tener un profundo impacto en la forma en que el videojuego se desarrolla. Existe un total de quince escenarios disponibles. Dependiendo también del "acompañante" que selecciones en la aventura, se mostrará un final u otro.
El juego cosechó un gran éxito y unas notas tan altas como la dificultad del título, y aún hoy lo sitúan como uno de los mejores de la saga. Cabe destacar, como curiosidad, que la versión Famicom del cartucho incorporaba un chip mejorado para el audio, no así en la versión NES que llegó aquí. Ese audio mejorado, además de unos gráficos mucho mejores que las ediciones anteriores, te acompañaban en niveles fabulosos como el de la torre del reloj, y compensaban la frustración de perder vidas a cascoporro.
Puede que el éxito de este juego, al igual que suponer el inicio cronológico de la saga* sea el motivo por el que Netflix, con Warren Ellis como guionista, lo eligieran para iniciar una serie de animación.
*NOTA: Realmente hay dos juegos situados en fechas anteriores que son "Castlevania: Lament of Innocence" y "Castlevania Legends" ambientados en 1094 y 1450 respectivamente, pero quizá la historia del "Castlevania III" tenga más chicha y los personajes sean más carismáticos.
Y mientras la base de la serie en sus temporadas 1 y 2 partía de la historia del Castlevania III, para las temporadas 3 y 4 nos desviamos un poquito en la ruta. Ambas beben, aunque sean sorbitos, de la historia del Castlevania: Curse of Darkness, videojuego que vio la luz en 2005 para PS2 y Xbox, y que retomaba la historia del Castlevania III. Se esperaba mucho más de él, al plantearse como continuación, pero algunos se sintieron un poco decepcionados tanto por el juego en sí, como por el personaje protagonista.
("Escapada Covenante a las Termas de Griñón", Tintoretto. 1535)
Porque en Castlevania: Curse of Darkness no encarnamos a Trevor Belmont, sino a Héctor, un Forjador de Demonios, que después de traicionar a Drácula y la posterior muerte de éste, se aleja para vivir su vida. Pero cuando la maldición que lanzó el Conde antes de morir asola la región y su prometida es quemada en una hoguera acusada de brujería, desempolva la espada, la afila, y se dirige a reclamar venganza contra los que le han arrebatado a quien amaba. Se entera que detrás de todo esto está un ex-colega de profesión, Isaac, y a partir de ahí...pues os hacéis una idea.
En la serie, aunque ya hemos dicho que toma simplemente algunas licencias y tramas del videojuego, sí que aparecen personajes de éste, como son Héctor, Isaac, Saint Germaine. Y, ¿sabéis quién más aparece? (redoble de tambor) ¿Acaso a alguien le suena el nombre de Varney, el vampiro londinense? ¡Anda, si habíamos hablado de él en las inspiraciones literarias de Bram Stoker!, jajajaj. Aún así se mantienen Trevor&Co en el lugar de personajes protagonistas.
Y llegamos a la parada principal del recorrido. Si miran detenidamente a su izquierda podrán ustedes observar la serie de animación de Netflix.
Ya desde 2007 se hablaba de una posible adaptación cinematográfica del guión propuesto por Warren Ellis, pero la idea se fue postergando hasta 2015, cuando los estudios de animación Frederator Studios y Powerhouse Animation Studios fueron añadidos a la ecuación, cosa que sucedió después también con Netflix.
Anunciada a comienzos de 2017 para ser estrenada en julio de ese mismo año, la serie provocó gran expectación para todos los jugones y amantes de la saga de videojuegos, aunque también era vista con recelo a raíz de algunas adaptaciones no-tan-buenas que había realizado Netflix en el apartado de las animaciones.
La temporada inicial, que consta de cuatro capítulos, satisfizo a muchos. Y eso que principalmente sirve para poner en situación, para conocer los personajes y sus motivaciones en una historia que no ha hecho más que comenzar. La temporada arranca con dos historias principales de forma paralela: por un lado, el desarrollo de la relación de Drácula con Lisa, una mujer humana que quiere aprender de todos los conocimientos y desarrollos científicos que dispone el Conde en su castillo, para ayudar a los demás; por otro lado, un Trevor Belmont egoísta y cerrado en sí mismo que tiene que aceptar y abrazar su pasado cuando solicitan su ayuda. Ambas historias comienzan a juntarse con la incorporación de otros personajes (conocer a Sypha Belnades y a Alucard como en el videojuego... mola, y mucho) y al final te das cuenta de que la serie sólo te estaba preparando y haciendo que te sintieras cómodo.
La segunda temporada, con ocho capítulos, da continuidad a ese trasfondo de los personajes, y añadiendo mucha más acción y vísceras. Se desarrolla la trama principal dejándonos claros los bandos que nos vamos a encontrar: Drácula y su ejército no dejando títere con cabeza (literal), el trío calavera Trevor-Sypha-Alucard, la Iglesia, los Oradores y el resto del pueblo. Y como sucede en la vida real: los que tienen pinta de malos no son siempre los más malos.
En esta tercera temporada se da un pequeño salto temporal y, aunque todo parece calmado al principio, no tardaremos en ver que algo turbio se estaba fraguando a fuego lento. Nuevos personajes eclécticos como Saint Germaine irrumpen en la escena sembrando dudas y aparecen enemigos diferentes, presentes en los videojuegos, como los esqueletos. Veremos historias paralelas que se van desarrollando poco a poco: Trevor y Sypha por un lado, Alucard en el castillo por otro, el mencionado nuevo personaje de Saint Germaine y su cruzada, la vampira Carmilla presentando a Héctor a sus hermanas Lenore, Morana y Striga, y por último a Isaac y su búsqueda de sí mismo. Y lo mejor: todo esto en diez capítulos que finalizan con un cliffhanger que hace que pases directamente a la temporada 4 sin pausa alguna.
Y como todo lo bueno tiene un final, en la última temporada cerramos el segundo arco argumental mediante el entrelazamiento cuántico de tooooodas las ramas narrativas en otros diez capítulos, en los que se van mezclando lentamente al principio, para terminar formando una catarata de acción (madre mía los últimos capítulos), giros de los acontecimientos (más de uno) y explicaciones.
Desde The Covenant, agencia de viajes y ocio, les agradecemos haber contratado con nosotras este tour. Esperamos que hayan disfrutado y quizá, hasta hayan aprendido algo. A continuación, y mientras nos dirigimos a última parada, y final, de este viaje, les dejamos una visión subjetiva de lo que nos ha parecido esta visita. Si tienen cualquier tipo de observación o pregunta, agradeceríamos nos lo hicieran saber a través de las redes sociales de la agencia. Muchas gracias.
Final de trayecto:
La primera temporada ya se presenta como una historia adulta, bien guionizada y mejor aún llevada a la animación. Se hace corta, sí, pero porque más que una temporada, es una introducción de lo que está por llegar. Tiene detalles y guiños como la presentación de los personajes de Sypha y Alucard, tal como en el juego, pero también tiene diferencias, como la no inclusión del pirata Grant DaNasty. He de reconocer que, tras ver los cuatro capítulos sin saber nada no es ya que se queden cortos, es que tienes ganas de ver mucho más.
Como souvenir de esta temporada me quedo con el desarrollo de la historia de Drácula, que permite identificarte con él, y con los guiños al videojuego.
En la segunda temporada el guión vuelve a sobresalir y el dibujo está a la altura, salvo en algunas peleas (en esta temporada abundan) en las que este tipo de animación de Netflix se queda un pelín corta en fluidez. El alivio cómico vuelve a recaer en Trevor, mientras que Sypha destaca por su madurez y Alucard...bueno, digamos que Trevor te puede sacar de quicio por muchos años que tengas. He de remarcar que es de adultos, como bien demuestran ciertas batallas y escenas sangrientas tirando a gore. Con esta segunda temporada se cierra un arco argumental, y se establecen bases para las siguientes. Hay más mitología y crítica social.
Lo que más me ha gustado es la evolución paulatina de los protagonistas y la semilla que se siembra con otros que han de venir, así como expandir la visión de los vampiros explicando que existen más allá de la vieja Europa.
("Covenante a la salida de la Muestra SYFY", foto anónima)
A partir de aquí ya nos encontramos con una historia más inspirada que adaptada. Se demuestra que no es suficiente con un buen guión, sino que se necesita que la violencia, la sensualidad y el ambiente arraiguen. Que unos personajes que no dejan de evolucionar se sientan propios y que a veces te sea difícil elegir a unos o a otros, porque todos tienen un bagaje emocional y sus propias motivaciones que no tienen por qué ser peores que las de los demás. Eso es lo que recalca la tercera temporada, y que se venía demostrando en las anteriores. Y por eso ésta temporada tiene más diálogos, con unas peleas más distanciadas hasta llegar al final que, como ya he dicho, te hace enlazar casi directamente con la temporada cuatro sin pausa alguna.
De esta temporada me encantan las diferentes raíces que alimentan la historia y que, a pesar de estar separadas entre sí, dejan notar que antes o después se van a ir juntando. También destacar el cambio del tono a medida que avanzan los capítulos, que se refleja en la última conversación entre Trevor y Sypha.
Y por último, llegamos a la cuarta temporada. Aquí nos encontramos el clímax, el resultado de todo el desarrollo anterior. Se unen todas las tramas dando consistencia, rellenando huecos que pudiéramos tener, y además tenemos unas luchas épicas.
De la última temporada me quedo con los giros, las vueltas de tuerca y los enfrentamientos. Además, los cambios en el uso de los elementos de Sypha para el combate son maravillosos.
En resumen:
Castlevania es una serie de animación que adapta lo que necesita (o puede) de los videojuegos que ha elegido como base y los expande más allá. Sí, es cierto que incorpora cambios, pero muchos de ellos sirven para meter más relleno a un cojín que ya era mullido de por sí. El guión me ha parecido muy bueno, todo fluye de manera orgánica y se cierran todas las tramas de manera perfecta. La animación, aunque habitual en este tipo de series y en algunos momentos puntuales demasiado sencilla, evoluciona cada temporada. La música quizá sea lo menos destacable, pasando un poco inadvertida a lo largo de la historia. Una historia que me ha dejado con ganas de más. Ojalá la nueva serie en desarrollo con Richter Belmont y Maria Renard de protagonistas esté a la altura.
Espero que os haya gustado el viaje, Covenantes. ¡Un saludo, y hasta la próxima!
PD: ¿Os podéis creer que hasta que no he visto esta serie no me he dado cuenta de la inversión Dracula - alucarD? No me matéis, por favor.